viernes, julio 28, 2006

Bellatrix Lestrange: Los inicios


“…no hay mayor enemigo que aquel que uno piensa que no existe. Y cuando lo descubres, si es que se hace a tiempo, los daños causados pueden resultar irreparables. Por si no tuviéramos bastantes problemas con los ingleses en esta mortal cruzada, ahora no podemos descuidar a aquellos que pueden causar estragos dentro de nuestras filas. En algunos casos, pueden ser espías a sueldo de esos infames hijos de la Gran Bretaña; en otros, nobles que se dejan entusiasmar frente a promesas de poder y nuevos feudos ofrecidos por Longshanks; y, por último, quedan los que desean amotinarse por el simple hecho de odiar la patria que les vio crecer, acabar con sus costumbres más ancestrales y establecer un nuevo orden más acorde a sus deseos…”

Lo que son las cosas. Las vueltas que da la vida. Por fin se ha puesto rostro al traidor interno y nos hemos quedado de piedra. A pesar de que tienen cara de no haber roto un plato en la vida, ahí las tenemos, sorprendidos por no dar crédito a lo que veíamos.
Bellatrix Lestrange no es un sujeto sino dos. Se han atrevido a colocar nuestra insignia en lugar indigno, lo que hace levantar un clamor de ira de todo el clan. Y eso a pesar de que han sido criadas con todo el cariño desde que fueron abandonadas por sus parientes franceses, allá en los tiempos en que estos se aliaban con Longshanks en las primeras escaramuzas contra Escocia.
Ambas provienen del feudo de la Concha, lugar en el que estuve durante una época y donde conocí a lady Storm y McMax. Fue precisamente McMax el que se ocupó de su educación y las guió en los caminos de El Señor. Las lecciones debían ser lo más chocante que se ha visto en la historia, pues no me imagino a maese McMax hablando más de 10 minutos seguidos y de algo que no sea alcohol o leyes celtas. Ellas mismas me confirmarían más adelante que su maestro era muy peculiar, pues las dejaba más hablar (menudo peligro) que escuchar.
Finalmente, McMax me las confiaría para que ingresasen en las mesnadas de la ACG, puesto que las medio gabachitas eran ya mayores para decidir su futuro. Y así, de niñas (una de ellas lo había sido ya en sitios como Turienzo o Benasque) pasaron a responsables de juveniles , educando a nuestras proles escocesas.
De momento, sólo se ha descubierto la deshonra a la bandera pero, ¿qué más daños han podido causar? El tiempo lo dirá y esperemos que no sea demasiado tarde. De momento, se nos ocurren múltiples castigos para ambas por esta afrenta: a una, dejarla sin tabaco y a la otra, sin bolsos, pero todo se andará. Escocia no sucumbirá por estos ataques desde dentro.

domingo, julio 23, 2006

Apocalypse Now (Benasque 2001)



“…en 2001, Benasque, nueve de los mejores hombres de la Acción Católica que formaban un campamento, fueron evacuados por una inundación que no habían cometido. No tardaron en regresar para derribar la tienda de materiales y la despensa. Hoy, todavía buscados por la guardia civil, algunos padres y el panadero de Benasque, sobreviven como rescatadores de fortuna. Si usted sufre alguna lluvia torrencial y si se los encuentra, quizá pueda contratarlos…”

Así comienzan las aventuras del CAMPAMENTO A, en el que actúan, entre otros:
- Carlos Blanco as John Hannibal Bisbal.
- Raúl Martínez as Templeton “Pig” Phoenix
- José María Calderón as J.M. Murdock
- Marcos González as M.A. Marrackus

La noche fatídica de la inundación habíamos asegurado las tiendas lo mejor que pudimos. El grueso de las tropas se había refugiado en la tienda grande, mientras que algunos generales dormíamos en las tiendas menos inundadas. Wallace dormía con mi hijo y conmigo, sufriendo de una costilla rota consecuencia de un montonete bestial. Cuando estaba amaneciendo, Storm nos despertó gritando ‘¡¡Pepe, se nos ha inundado la tienda!!’. A lo que Wallace le respondió ‘Pues llamad al submarino de la armada’. Gritos, protestas, risas histéricas, Pepe que estamos hablando en serio, hasta que Pi suelta ‘Andrés, que estábamos durmiendo en tu tienda’. Me levanté como una bala y jurando en hebreo, porque la tienda de Andrés era MI tienda. Cuando salí al exterior, vi un espectáculo dantesco: un río en mitad del campamento, las tiendas empapadas, miles de piedras traídas por la corriente, barro por todos lados, McWhite haciendo rafting sobre una esterilla…y a Longshanks riendo sin parar, señalándome mi querida tienda de materiales cubierta de lodo y gritando: ‘Jajajaja, Fernando, mira tu tienda, JAJAJAJAJAJA’. Es la peor derrota que he sufrido como escocés.
Mandamos a los chavales a la zona de los baños mientras que decidíamos qué podíamos hacer.
No acudía la guardia civil, ni nadie para saber qué había sido de nosotros, hasta que vino una furgoneta de color rojo. Todos pensábamos que eran los servicios de rescate o algo así, pero no. Era el panadero, que puntualmente nos venía a traer el pan, con un par. Y el tío no se le ocurre decir otra que ‘Paice que ha llovío un poquico, ¿verdad?’.Alucinante. Más tarde, le proclamaríamos, junto al Pipero, como héroe de Benasque.
El campamento B, capitaneado por McDowell, allá de excursión en el propio pueblo, tampoco lo pasaba mucho mejor. Acampados en el porche de un polideportivo, les sorprendió la lluvia durante el sueño y comenzó a inundarse todo a su alrededor. El propio McBurguerKing me contaría más tarde que vio a McDowell tan sobado, que hacía diques con mochilas, sacos, esterillas, niños…todo lo que pillaba a mano.
La evacuación duró 6 horas, desde que los sacamos del campamento hasta que cogieron el bus. Pero quedaba todo el desmontaje de lo aprovechable. Y ahí nos quedamos 9 hombres, que son: McWhite, McPatiwen, McDowell, McMartin, A. Mcfly, O’Connor, Anthony de la Tower, Longshanks y yo. Durante esos 2 días nos pasó de todo. Vi a mi hijo derribar una despensa de una patada voladora con la ayuda de O’Connor, le vi caerse en el barro persiguiendo la tozuda, vi a un clan loco jugando al fútbol sin dar pie con bola mientras esperábamos ‘al del repecho’ y McPatiwen haciendo chilenas, vi a unos buitres desayunándose todo lo que ofrecían en el bufete del hotel hasta casi agotar las existencias (menos mal que nos avisaron de que un coche se había estrellado contra los que estaban aparcados, entre ellos la tozuda, que si no ahí seguíamos comiendo), vi a Anthony buscar desesperadamente un trifásico y protestar a un camarero que unos panchitos ‘no eran el aperitivo más adecuado cuando se piden cañas’, vi a O’Connor cagarse en todo por el precio de unos calcetines nuevos, vi a un cura cuyos brazos eran más largos que su estatura y repitiendo ‘AMOOOOOOOR’ (eso le costó a Andrew Mcfly un ataque de risa y tos que tuvo que salir pitando de la iglesia) y vi a unos colgados que cada vez que montaban en la tozuda cantaban como auténticos chiflados la banda sonora de ‘El equipo A’ mientras McDowell le gritaba a Longshanks ‘Cállate, loco, y conduce’ (qué forma de jugarse el tipo). Y aún sigo cuerdo.

El retorno de Benasque


“.... interviene también en el reino de Escocia: a la muerte del rey Alejandro III, los nobles escoceses eligen para sucederle a su única nieta, la princesa Margarita de Noruega, hija de su hija Margarita, de sólo 2 años de edad. Queriendo Eduardo controlar este país, decide comprometer a su hijo y heredero, el futuro Eduardo II, con la niña-reina, con lo cual ambas coronas quedarían unidas. Envía entonces un navío a Bergen a recoger a la pequeña y llevarla a Inglaterra, pero lamentablemente fallece durante la travesía. La guerra de sucesión sería cruenta y larga, y el rey inglés aprovecharía las circunstancias para apoyar a la casa Baliol a cambio del vasallaje…”



Tras nuestras desventuras en el desmontaje (estar trabajando codo a codo con el enemigo no es fácil, aunque sean por causas mayores), se decidió que nos íbamos de regreso a casa a las 8 de la tarde. Empaquetamos lo que quedaba en la tozuda, y comenzamos el viaje. Longshanks, Anthony de la Tower y McPatiwen iban en la montura del 1º y el resto en la tozuda. Más o menos a la hora de viaje me llama Anthony avisando de que McPatiwen está mareado por las curvas de la carretera de Pirineos y que pararemos en el primer sitio que encontremos. Dicho y hecho: el coche de Longshanks gira a la derecha y se detiene. A continuación, vemos al pobre McPatiwen salir a 4 patas del asiento trasero y echar hasta el hígado. Tras recomponerse, decidimos meternos en el bar de carretera donde habíamos parado y tomarnos algo. Entramos y vimos que había un par de clientes, uno totalmente borracho en unas mesas a la izquierda, la televisión puesta, una camarera vestida entre una mezcla de camionera y sado-maso, y unas escaleras que subían sospechosamente hacia unas habitaciones de una planta superior. Unos pedíamos, otros se iban al baño, otros a ver si las noticias decían algo de nuestra evacuación, sirven los cafés….y McPatiwen se da cuenta, diciendo con su habitual buena educación: ‘José María, ahí arriba hay una señorita en corsé’. Ni en corsé ni leches. La tía estaba en pelota picada, saliendo de una de las habitaciones superiores. Nos habíamos metido en una whiskería sin darnos cuenta. La respuesta de nuestro Milord no pudo ser más elocuente: ‘Me estoy poniendo malo. Tomad esto para pagar los cafés que yo os espero fuera.’ Mientras nos entraba la risa floja, empecé a entender por qué nos miró la camarera así de raro. Al salir del peculiar local, nos fijamos en el luminoso del exterior (aún no entiendo cómo no lo vimos al entrar) que decía bien grande SEÑORITAS EXÓTICAS.
La siguiente parada fue en un bar de una gasolinera, todo lo más normal que puede ser. Dos hechos dignos de mención: uno, la caída estrepitosa de McPatiwen saliendo de los baños (le vimos desaparecer momentáneamente) por haberse pisado los cordones de las botas, y la tergiversación de los telediarios acerca de la inundación. Wallace dirá lo que quiera sobre la veracidad de los medios, pero escuchar que en nuestra evacuación habían participado efectivos de la guardia civil, protección civil, ayuntamiento, el ejército y hasta los G.I.Joe, me parece que es pasarse tres pueblos viendo lo que vimos.
Además, trabajando con escoceses como estos, no necesitamos ninguna ayuda de nadie para desalojar un campamento en tiempo récord.
UNA, GRANDE Y BARRA LIBRE.

viernes, julio 21, 2006

Un nuevo enemigo: Bellatrix





Tengo que reconocer que fue una sorpresa. Nuestra bandera fue ultrajada en una noche de sosegada calma y apareció en un lugar poco decoroso (los baños). Se atrevió a dejar una nota y claro la reacción escocesa no se hizo esperar. Wallace, McPonny y Mc Burguer King pusieron las cosas en su sitio. Incluso los ingleses, extrañamente, tomaron partido a favor nuestro. Como cambia el mundo. En la imagen podemos ver algunos de los implicados en el atentado a la bandera escocesa.

martes, julio 18, 2006

Dando clases a un aprendiz



Aunque iba de incógnito por las calles de Edimburgo. Un fan, vestido convenientemente, se percató de mi presencia y me pidió ciertos consejos.

domingo, julio 02, 2006

El Campamento en directo

Toda la información del campamento en hoyosdelespino2006.blogspot.com

Un abrazo, Ximo