domingo, julio 23, 2006

Apocalypse Now (Benasque 2001)



“…en 2001, Benasque, nueve de los mejores hombres de la Acción Católica que formaban un campamento, fueron evacuados por una inundación que no habían cometido. No tardaron en regresar para derribar la tienda de materiales y la despensa. Hoy, todavía buscados por la guardia civil, algunos padres y el panadero de Benasque, sobreviven como rescatadores de fortuna. Si usted sufre alguna lluvia torrencial y si se los encuentra, quizá pueda contratarlos…”

Así comienzan las aventuras del CAMPAMENTO A, en el que actúan, entre otros:
- Carlos Blanco as John Hannibal Bisbal.
- Raúl Martínez as Templeton “Pig” Phoenix
- José María Calderón as J.M. Murdock
- Marcos González as M.A. Marrackus

La noche fatídica de la inundación habíamos asegurado las tiendas lo mejor que pudimos. El grueso de las tropas se había refugiado en la tienda grande, mientras que algunos generales dormíamos en las tiendas menos inundadas. Wallace dormía con mi hijo y conmigo, sufriendo de una costilla rota consecuencia de un montonete bestial. Cuando estaba amaneciendo, Storm nos despertó gritando ‘¡¡Pepe, se nos ha inundado la tienda!!’. A lo que Wallace le respondió ‘Pues llamad al submarino de la armada’. Gritos, protestas, risas histéricas, Pepe que estamos hablando en serio, hasta que Pi suelta ‘Andrés, que estábamos durmiendo en tu tienda’. Me levanté como una bala y jurando en hebreo, porque la tienda de Andrés era MI tienda. Cuando salí al exterior, vi un espectáculo dantesco: un río en mitad del campamento, las tiendas empapadas, miles de piedras traídas por la corriente, barro por todos lados, McWhite haciendo rafting sobre una esterilla…y a Longshanks riendo sin parar, señalándome mi querida tienda de materiales cubierta de lodo y gritando: ‘Jajajaja, Fernando, mira tu tienda, JAJAJAJAJAJA’. Es la peor derrota que he sufrido como escocés.
Mandamos a los chavales a la zona de los baños mientras que decidíamos qué podíamos hacer.
No acudía la guardia civil, ni nadie para saber qué había sido de nosotros, hasta que vino una furgoneta de color rojo. Todos pensábamos que eran los servicios de rescate o algo así, pero no. Era el panadero, que puntualmente nos venía a traer el pan, con un par. Y el tío no se le ocurre decir otra que ‘Paice que ha llovío un poquico, ¿verdad?’.Alucinante. Más tarde, le proclamaríamos, junto al Pipero, como héroe de Benasque.
El campamento B, capitaneado por McDowell, allá de excursión en el propio pueblo, tampoco lo pasaba mucho mejor. Acampados en el porche de un polideportivo, les sorprendió la lluvia durante el sueño y comenzó a inundarse todo a su alrededor. El propio McBurguerKing me contaría más tarde que vio a McDowell tan sobado, que hacía diques con mochilas, sacos, esterillas, niños…todo lo que pillaba a mano.
La evacuación duró 6 horas, desde que los sacamos del campamento hasta que cogieron el bus. Pero quedaba todo el desmontaje de lo aprovechable. Y ahí nos quedamos 9 hombres, que son: McWhite, McPatiwen, McDowell, McMartin, A. Mcfly, O’Connor, Anthony de la Tower, Longshanks y yo. Durante esos 2 días nos pasó de todo. Vi a mi hijo derribar una despensa de una patada voladora con la ayuda de O’Connor, le vi caerse en el barro persiguiendo la tozuda, vi a un clan loco jugando al fútbol sin dar pie con bola mientras esperábamos ‘al del repecho’ y McPatiwen haciendo chilenas, vi a unos buitres desayunándose todo lo que ofrecían en el bufete del hotel hasta casi agotar las existencias (menos mal que nos avisaron de que un coche se había estrellado contra los que estaban aparcados, entre ellos la tozuda, que si no ahí seguíamos comiendo), vi a Anthony buscar desesperadamente un trifásico y protestar a un camarero que unos panchitos ‘no eran el aperitivo más adecuado cuando se piden cañas’, vi a O’Connor cagarse en todo por el precio de unos calcetines nuevos, vi a un cura cuyos brazos eran más largos que su estatura y repitiendo ‘AMOOOOOOOR’ (eso le costó a Andrew Mcfly un ataque de risa y tos que tuvo que salir pitando de la iglesia) y vi a unos colgados que cada vez que montaban en la tozuda cantaban como auténticos chiflados la banda sonora de ‘El equipo A’ mientras McDowell le gritaba a Longshanks ‘Cállate, loco, y conduce’ (qué forma de jugarse el tipo). Y aún sigo cuerdo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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